Comentario exhaustivo (V): «Marte», Diego de Silva y Velázquez

1. PORTADA

De la obra que se identifica como “Marte” no se conoce con certeza el lugar ni la fecha de creación,  pues las fechas oscilan entre 1639 y 1641. Según esto, habría sido  realizada en el segundo viaje que Diego Velázquez emprendió hacia Madrid.

Se tienen datos de que esta obra estuvo en la Torre de la Parada desde 1701 hasta 1747; más tarde pasó al Palacio Real. Después estuvo en Francia en “El equipaje del rey José”. Se devolvió a la Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1815, hasta que finalmente pasó a manos del Museo del Prado, en Madrid, en 1827.

Esta es la tercera vez que Velázquez trata el tema mitológico para la Torre de la Parada.

Está realizada en óleo sobre lienzo, y mide 181 x 99 cm.

2. FOTO MARTE

En este caso se reconoce como figura única al dios Marte (Ares), que en numerosas ocasiones se relaciona con la palabra homérica ‘are’, que significa desgracia. Este dios es la personificación de la fuerza destructiva de la guerra. Es bastante común ver a dicho personaje acompañado de un carro, pero si Marte aparece sólo y sin contexto, suele tener un carácter alegórico, como en este cuadro de Velázquez.

Se aprecia semidesnudo, únicamente con un paño azul que rodea sus caderas y una túnica roja sobre la cual está sentado.

Además de esto, se advierte también en la cabeza del protagonista un yelmo abocetado con gran ímpetu, y a los pies se observa un escudo, una espada y una armadura. Se podría decir que con su mano derecha sostiene una maza.

Todo esto se encuentra en un plano anterior al fondo neutro utilizado por el pintor.

Se representa un desnudo masculino, pero no es un simple estudio académico ni una verdadera representación mitológica, sino un hombre sentado, semidesnudo, y armado.

El dios de la guerra se muestra fatigado, casi con una postura de relajación, de descanso, y la forma de representarlo con la cabeza apoyada en su mano izquierda nos muestra melancolía.

Pero realmente la pose puede llevar a pensar en la historia mitológica de las aventuras de Marte y Venus, después de su desenlace, una parte que casi nunca se había representado hasta la época: la historia se basa en que Marte conquista a la diosa Venus, pero Apolo denuncia ante Vulcano la infidelidad de su esposa. Entonces éste concibe una red que coloca alrededor de la cama de ambos, quedando los amantes expuestos a la burla de todo el Olimpo. El momento que Marte sugiere en este cuadro es posterior al descubrimiento del engaño.

3. ZOOM CARA

El tema de Marte y Venus sorprendidos por Vulcano ha sido pintado con mucha frecuencia a lo largo de la historia del arte, pero Marte tiene precedentes únicamente en la escultura. Pero Velázquez trabajaba al natural, no a partir de piedras ni yesos, por lo que seguramente hizo que alguien posara para él, aunque se dice que se inspiró en la escultura de Lorenzo de Médici realizada por Miguel Ángel. Además de esto, también había una tradición en la época de representar a Marte después de una batalla, quedando en entredicho qué escena es realmente la que se representa aquí.

No se han hallado restos de dibujo; el boceto es borroso, lo cual nos puede indicar que el lienzo tenía una base de agua. Es una pintura ‘alla prima’, pero por capas, no por veladuras.

4. ZOOM CUERPO

Velázquez fue introduciendo cambios tanto en el diseño como en el color de la obra según la iba realizando. En un principio, el dios debía estar cubierto únicamente con un paño azul, pero el pintor añadió una túnica de color rosado sobre la que aparece sentada la figura. Hoy día se puede apreciar las antiguas pinceladas azules.

Otro cambio a señalar, es que Marte iba a tener el rostro más inclinado a la derecha (del espectador). Además de esto, originariamente el yelmo estaba más calado y debía cubrir parte del ojo izquierdo.

Al no ser un retrato de encargo, el pintor tenía entera libertad, y de ahí viene la coherencia pictórica de todo el lienzo.

5. ZOOM ARMAS

La mayoría de los historiadores del arte han visto en esta pintura una figura ridícula, incluso Julián Gállego dice que es “una línea de ironía referente a las representaciones mitológicas”. En cambio, Enriqueta Harris dice que es muy poco probable que con este lienzo se “pretendiera aludir, siquiera directamente, a desastres militares”. A pesar de todo esto, la idea de la sátira y la burla ha permanecido, sobre todo en autores españoles.

La figura de Marte aparece ya en las tablillas micénicas, empezando a considerársele como hijo de Zeus y Hera.

Se puede decir que esta representación nos recuerda a “El hombre con casco”, de Rembrandt.

Fuentes consultadas:

AA.VV. (1999). Velázquez.

AA.VV. (2013). La guía del Prado. Museo Nacional del Prado

BROWN, J., GARRIDO, C. (1998). Velázquez. La técnica del genio.

CHECA (2008). Velázquez. Obra completa.

ELVIRA BARBA, M.Á. (2008). Arte y Mito. Manual de Iconografía Clásica.

GONZÁLEZ PRIETO, A. (2006). Grandes Maestros de la pintura. Velázquez.

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