La arquitectura renacentista florentina empieza con Filippo Brunelleschi. Era noble y al principio se dedicó a la orfebrería; posteriormente se interesó por los relojes y finalmente, por la escultura. Compitió en el concurso para realizar las puertas del Baptisterio de la Catedral de Florencia, pero fue derrotado por Lorenzo Ghiberti.
Brunelleschi fue un gran matemático y fue el estudio de esta ciencia lo que despertó su interés por la arquitectura. A principios del siglo XV marcha a Roma junto a su gran amigo Donatello y estudia las ruinas de la ciudad. Estudia el gran claustro románico de San Pablo Extramuros y toma las medidas exactas del Panteón de Agripa.
Nacido en Florencia en 1377, Brunelleschi es el más importante arquitecto del Renacimiento, autor del arquetipo de palacio renacentista y el primero en construir iglesias en el mismo estilo. Prestigioso ya en su tiempo, dedica 25 años a resolver el problema técnico que supone la inmensa cúpula de la Catedral florentina, comenzada en estilo gótico, pero por sus dimensiones y por su peso descomunal, terminó siendo renacentista.
Cúpula de la Catedral de Santa María del Fiore (1420-1436)
La cúpula de la catedral se levanta sobre un tambor de planta octogonal realizado en piedra. Cada uno de sus ocho lados está revestido por placas de mármol (blanco y verde) y presenta un gran óculo central. Sobre este tambor se levanta la cúpula propiamente dicha que, al exterior, muestra un claro perfil apuntado en el que destacan los ocho nervios realizados con sillares de mármol blanco. Todo el espacio está cubierto por tejas de barro planas, de color rojizo. En el punto de convergencia de los nervios se alza una linterna prismática, con contrafuertes rematados por volutas y cubierta por una estructura cónica coronada por una esfera de cobre dorado sobre la que se alza una cruz. Sin embargo, esta imagen externa oculta la ingeniosa solución aplicada por Brunelleschi para levantar la construcción sin que fuesen necesarias cimbras de madera que soportasen la estructura durante el desarrollo de las obras. A tal efecto, el arquitecto concibió en realidad una doble cúpula, exterior e interior, de perfiles apuntados, de manera que existiese un espacio vacío entre ambas, siempre constante y con un sistema de vigas de refuerzo que se extienden horizontalmente entre los nervios. Por último, cabe mencionar que gracias al sistema constructivo autoportante empleado en esta obra –realizado a base de anillos concéntricos de ladrillo que van sucediéndose en altura- la cúpula presenta, vista desde el interior de la catedral, una superficie completamente plana, sin nervios de ningún tipo.
Cuando Brunelleschi levanta esta obra no dispone de ningún modelo cercano en el tiempo en el cual pueda inspirarse, siendo su precedente más próximo la cúpula del Panteón de Roma, con la cual mantiene sustanciales referencias. Por otra parte, la cúpula florentina inicia el desarrollo de la gran arquitectura renacentista y, más en concreto, la serie de cúpulas que tienen su remate más destacado en la que levantaría Miguel Ángel en la Basílica de San Pedro del Vaticano, ya en el siglo XVI.
Acompañando a estas explicaciones, El Estudio del Pintor hace eco de este vídeo titulado “Los secretos del Duomo”, donde se explica de manera visual la construcción de la magnífica cúpula de la catedral, así como el intento de recreación de la misma y las teorías de un experto.
Fuentes consultadas y enlaces de interés:
Argan, G.C. (1990). Brunelleschi.
Vasari, G. (2010). La vida de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos.
http://bepi1949.altervista.org/vasari/vasari50.htm
https://www.youtube.com/watch?v=C83OKYj5GEw&feature=youtu.be