(…) Había una jarra que contenía todos los males. Pandora apenas la vio, la abrió y dejó que los males inundaran la Tierra. Para cuando logró cerrarla, lo único que quedaba dentro era la esperanza, por lo que los humanos no la recibieron».
La República Helénica, más conocida como Grecia, está considerada como la cuna de la civilización occidental. Los helenos fueron pioneros en materias como la biología, geometría, filosofía… y por supuesto el arte. Su cultura y representaciones artísticas han ido evolucionado a través de los siglos, desde la Grecia micénica y posteriormente clásica, hasta el Imperio Bizantino.
En este post te contamos lo que no te puedes perder si vas de visita a Atenas, Grecia.
Atenas es la capital de Grecia y la ciudad más grande del país. Atenas es una de las ciudades habitadas más antiguas, y por esta razón su riqueza cultural es enorme.
Atenas debe su nombre a Atenea, diosa de la guerra, civilización, sabiduría y estrategia en combate. Para determinar el patronazgo de la ciudad helena, se abrió un concurso en el que cada aspirante debía presentar un regalo a la ciudad: este regalo debía ser útil tanto para la ciudad como para los habitantes de la misma. Poseidón, el dios del mar y de las aguas, y la diosa Atenea, fueron los finalistas de este concurso. En la Acrópolis de la ciudad se celebró la eliminatoria, y cada deidad presentó su regalo: Poseidón, clavando su tridente en el suelo, regaló a la ciudad un manantial de agua, mientras que Atenea hizo brotar del suelo un olivo. Tras la deliberación de los jueces, y puesto que el agua con la que Poseidón obsequió a los ciudadanos era salada, Atenea resultó vencedora del concurso.
El olivo fue considerado el regalo idóneo para la ciudad: les aportaría frutos y aceite para alimentar a los habitantes, además de prosperidad en el comercio internacional. Desde ese día, Atenea fue coronada patrona de la ciudad, dando su nombre a la misma: Atenas.
Este mito se encuentra representado en el frontón oeste del Partenón de Atenas, y en la propia Acrópolis podemos encontrar, al lado del templo dedicado a Atenea Polias (“de la ciudad”), un olivo en señal de este mito. Se dice que en el año 510 a.C., el oráculo de Delfos anunció que la Acrópolis de Atenas sería habitada únicamente por los dioses.
“Acrópolis” significa “ciudad alta”, y es un término que fue tomado al pie de la letra. Esta cima está situada a 156 metros sobre el nivel de mar, y tenía una doble función: defensiva, y hogar de los dioses. Está considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A pesar de que con el paso del tiempo la Acrópolis ha sido destrozada y saqueada en diversas ocasiones, tras la declaración de la independencia de Grecia, las ruinas que se conservan fueron restauradas.
Empezamos nuestro recorrido por la Acrópolis subiendo la colina. A los pies de la ladera sur de se encuentra el Teatro de Dioniso dedicado al dios del vino y del teatro. Está considerado el mayor teatro de la antigua Grecia, y fue restaurado entre los años 1926 y 1932. Aprovechando el desnivel de la ladera, los ciudadanos se reunían para rendir culto al dios, y en la época de Pisístrato comenzaron a realizarse las primeras celebraciones. Estas celebraciones evolucionaron hasta representarse las primeras tragedias clásicas. A finales del siglo V a.C., se sustituyeron las plataformas de madera por gradas de cemento. El teatro tenía una capacidad de entre 15.000 y 17.000 espectadores.
Muy cercano al Teatro de Dioniso se encuentra el Odeón de Herodes Ático, construido entre los años 161 y 174 d.C. bajo las órdenes de Tiberio Claudio Herodes Ático, en recuerdo de su esposa Aspasia Annia Regilla fallecida recientemente. Los acabados de esta construcción eran muy lujosos, con mármol blanco y mosaicos, y con una techumbre de madera de cedro, que hoy se ha perdido. Tenía una capacidad de 5.000 espectadores, y estaba comunicado con el Teatro de Dioniso mediante un pórtico llamado Stoa de Eumenes.
Los Propíleos son las puertas que nos dan la bienvenida a la Acrópolis. Los Propíleos que encontramos hoy día fueron construidos en la época de Pericles, sustituyendo a los anteriores construidos por Pisístrato. Se proyectaron como si fueran fachadas de templos dóricos.
Situado en el ala sur de los Propíleos, se construyó en el 420 a.C., el Templo de Atenea Niké. Es un pequeño templo jónico que conmemora la victoria sobre los persas en la batalla de Salamina (Atenea victoriosa). El templo actual es una reconstrucción realizada en los años 1936 a 1940.
Construido entre los años 420 y 406 a.C., el Erecteion es un templo jónico levantado donde la diosa Atenea hizo florecer el primer olivo de las tierras griegas en aquel concurso por el patronazgo de la ciudad, en el lado norte de la Acrópolis. Este templo reemplaza el antiguo de Atenea Polias, destruido por los persas en las Guerras Médicas. Aquí se alojaba la tumba del rey Cécrope, el dios-serpiente fundador de Atenas. La parte más llamativa y conocida es la Tribuna de las Cariátides, seis columnas, en su momento policromadas, con forma de mujer y de más de 2 metros de altura. Las cariátides son las mujeres de Caria, ciudad del Peloponeso situada cerca de Esparta, la cual había colaborado con los invasores persas, ahora obligadas a soportar el peso del templo. Cinco de las esculturas originales están en el Museo de la Acrópolis, y la sexta se encuentra en el British Museum de Londres.
El Partenón es sin duda el gran protagonista de la Acrópolis. Consagrado a la diosa Atenea Parthenos, fue erigido sobre un templo del siglo VI a.C., destruido por los persas. El templo se construyó para albergar estatua crisoelefantina (de oro y marfil) de Atenea, hecha por Fidias, de 12 metros de altura. Las obras comenzaron en 447 a.C. y finalizaron en el 438 a.C. Como curiosidad, los arquitectos Ictino y Calícrates estudiaron las proporciones para corregir los defectos ópticos que generan las líneas rectas y crear así una imagen perfecta. En 1687 fue utilizado como polvorín por los turcos, y en el siglo XIX los ingleses expoliaron gran parte de los detalles decorativos del templo.
Para completar nuestro recorrido por la Acrópolis, es de visita obligada el Museo de la Acrópolis, situado a 300 metros de la misma. Antes ubicado en la propia Acrópolis, el museo se trasladó a este nuevo emplazamiento por cuestiones de espacio, siendo inaugurado en junio de 2009. En este museo se encuentran la mayoría de restos arqueológicos y hallazgos de la Acrópolis, con piezas muy importantes que ofrecen un discurso muy completo sobre la Grecia clásica. El propio edificio alberga restos arqueológicos hallados en el lugar donde se construyó el nuevo museo, así como salas acristaladas desde la que se obtienen unas vistas maravillosas de la Acrópolis. Por destacar algunas piezas, consideramos muy importantes el Moscóforo, el Frontón del Olivo, la Galería del Partenón (aunque una gran parte de los mármoles originales se hallan en el British Museum), Atenea pensativa, Niké ajustándose la sandalia, y por supuesto, las Cariátides.
El Templo de Zeus Olímpico (Olimpeion) se encuentra a 500 metros al sureste de la Acrópolis. En las épocas helenística y romana fue el templo más grande del mundo conocido, construido en mármol del monte Pentélico. Actualmente se conservan únicamente 16 columnas, de las cuales 15 están en pie.
El centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas era el ágora, además, también era el foco religioso y cultural, y el lugar de impartición de justicia. La que ahora llamamos Ágora Antigua estaba formada por varios edificios con diferentes funciones. Destacamos la Stoa de Átalo, destruida en el 267 d.C. y reconstruida de 1953 a 1956. Actualmente alberga el Museo del Ágora de Atenas.
Otro de los edificios a destacar dentro del Ágora Antigua, es el Templo de Hefesto (Hefestion). Es uno de los templos que mejor conservado ha llegado a nosotros. Un templo dórico que hasta 1834 fue una iglesia cristiana, aquí es donde se rendía culto a Hefesto y a Atenea; se cree que fue dedicado a estas deidades porque en los alrededores había muchos talleres y tiendas de ceramistas y de trabajo de metales. Tiene una clara influencia del Partenón. A este templo también se le ha llamado Teseion, por la creencia de que los restos del héroe griego Teseo fueron enterrados aquí.
El Ágora Romana de Atenas está situada en el famoso barrio de Plaka, y fue construida bajo el mandato del emperador romano Augusto, y agrandada por Adriano. Destaca la Biblioteca de este último, construida en el año 132 d.C. bajo las órdenes del emperador romano, y era conocida como “la biblioteca de las 100 columnas”. La biblioteca quedó destrozada hasta 1885, cuando comenzaron las excavaciones.
La Plaza Sintagma es el corazón de Atenas, presidida por el edificio del Parlamento (antiguo palacio del rey Otto), construido entre 1836 y 1840, de estilo neoclásico. Además, encontramos la Tumba del Soldado Desconocido, custodiada por los evzones (guardia nacional).
Terminamos el recorrido por Atenas con la Colina de Filopapo o Colina de las Musas, el mejor mirador de la Acrópolis.
Si aún os sobra tiempo, recomendamos visitar el barrio Kerameikos, donde se sitúa la mayor necrópolis de toda Grecia; el Estadio Panatenaico, donde se celebraron los primeros Juegos Olímpicos; la Iglesia Bizantina Agii Apostoli, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura bizantina; el Museo Arqueológico de Atenas; y el Puerto de el Pireo, el principal puerto de Grecia y uno de los más grandes de toda Europa.
Enlaces de interés:
https://www.losapuntesdelviajero.com/visitar-acropolis-de-atenas/
https://viajes.nationalgeographic.com.es/a/acropolis-atenas_7787/1
http://www.guiadegrecia.com/index.html
https://blog-grecia.com/otros-destinos-de-grecia/museo-de-la-acropolis-de-atenas
http://depuertoenpuerto.com/wordpress/?p=25174