Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec, nació cerca de Albi, y en esta región del sur, el Conde de Toulouse-Lautrec era un hombre singular, un terrateniente, un amante de la cacería… todo esto fue el origen familiar que debió marcar la vida de Henri Marie. Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec nació en 1864 y fue un auténtico bohemio.
¿Cómo será la obra de Henri Marie? Es interesante la circunstancia; su padre le concedía todo, pero realmente era un bohemio. Desde pequeño dominaba completamente el dibujo, se notaba la habilidad que tenía. Pero ese ambiente que verá en París, un ambiente propio del simbolismo, de esa mística, de lo decorativo, el arte japonés.
En 1874 es cuando se siente enfermo, y esto le va a crear un cierto complejo del que va a salir cuando llegue a París en 1881. Cuando llega a París, ve un ambiente verdaderamente bohemio (barrio de Montmartre) y quiere recibir clases de Bonnat, un gran artista. Pero también conoce el arte de Van Gogh y Degas, lo que en ese momento estaba latente.
Debido a su habilidad con el dibujo, se va dedicando al arte del grafismo, lo lineal, lo dibujístico, que va muy bien con el arabesco-japonizante. Además, tenemos presente a Manet, y a Lautrec le gustan mucho las manchas. Pero, ¿Cuál es el tema que le interesa a Toulouse Lautrec? Decía que no veía en el paisaje ningún interés. Su preocupación es por la persona, la figura. La mayoría son retratos anónimos. Lautrec se encariña con esas mujeres pobres del Moulin Rouge y el cancán.
Él solamente, que sepamos, realiza un viaje en 1890 a Londres, que le sirvió para afianzar su estilo, no le supone ningún cambio radical; además en este viaje conoce a Oscar Wilde, a través de Whistler.
Mujer planchadora asomada a la ventana
Tiene una afición personal por la mujer. Es un ejemplo muy interesante de lo que adquiere Lautrec. Es un dibujo estupendo, se nota que la figura está muy bien modelada. Casi hay una trilogía de colores, vemos las manchas de Manet, recoge su tradición.
Él participó en algunas de las exposiciones que organizaba el llamado “Grupo de los 20” de Bruselas, en 1888 fue una de las primeras exposiciones. También participó en exposiciones de la “Libre estétique”.
Es un auténtico observador de la persona en sociedad, es un crítico, aunque la crítica para él no era ofensiva como Daumier, simplemente expone; algunos ven un asunto divertido, otros ven la explotación de la mujer. Era una suerte de cronista social del París de su tiempo.
Baile en el Moulin Rouge
El Moulin Rouge se fundó en 1889 y era casi una institución social. Es una de las obras más representativas del pintor. ¿Quién más está presente? Degas con el movimiento, y por supuesto aquella tradición de Manet de manchas blancas y negras.
Toulouse Lautrec alarga las piernas y las figuras respecto a la cabeza, porque ha representado el movimiento, y es por esto por lo que alarga las figuras.
Bailarina
Grafismo de estampas japonesas en el mundo del cabaret y café cantantes. Lógicamente vemos el movimiento en esta bailarina. Se va aproximando a lo que será la técnica del cartel, el grafismo pictórico.
Lautrec termina en una depresión tremenda que acaba en neurosis. Está alcoholizado en 1899 y padece delirium tremens. Curiosamente esto no le impide seguir trabajando en su estética, lo cual nos recuerda a Van Gogh.
En un primer momento Lautrec se vio rechazado por los que él creía que les iban a entender, como esto no ocurrió se volcó con la sociedad menos favorecida, donde se vio mucho más arropado y considerado. Dedica su vida artística a plasmar esos valores sentimentales, esos valores que encuentra en ese “inframundo” (como algunos lo llamaban) pero que tenía unos atractivos plásticos considerables. Esto le impresionaba a un pintor de la categoría de Lautrec, un pintor de una gran sensibilidad.
El Salón de la Casa del Moulin Rouge
Capta el sentido del color rojo, cálido, sensual. Vemos a Manet, en las manchas.
Lautrec era un gran dibujante; plasma un dibujo recio, vigoroso, que es lo que utiliza en el contorno de las figuras. Vemos que Piccasso aprendió de esto también. Insistimos en dos detalles: técnicamente el dibujo recio y vigoroso, y además en los efectos del color: una tricromía (rojo, blanco y negro). Es una obra simbólica del París de esa época: el símbolo fundamental es la mujer, quién justifica la obra.
La última etapa de Lautrec está relacionada con el cartelismo y la pintura lúdica, con la que deriva cuando se encuentra bastante deteriorado psíquicamente.
Toulouse vivía en el París alegre, y dibujaba perfectamente, y además sin tener encargos. Lautrec vivía del dinero de grandes empresarios que querían hacer publicidad de sus establecimientos; esto era para él una suerte de entretenimiento. Es así como aparece el cartel, también llamado por algunos “un grito en la pared”. El cartel es un arte espontáneo, enfadado, sencillo, elocuente, y sobre todo, simbólico, pues utiliza unos símbolos inconfundibles.
¿En qué estética entraría el cartel? En el modernismo, se convierte en un elemento estético, simbólico, pero con valor decorativo, que entra directamente en el Art Noveau.
Lautrec se convierte, por tanto, en un precursor del Art Noveau y modernismo.
Cartel para el Diván Japonés
El contorno de la mancha ya no requiere dibujo. Los colores son planos directamente dados, por tanto, no necesitan un contorno grueso de dibujo. Es el arte tipográfico, que tendrá un valor singular en el Art Noveau. El símbolo es la mujer, desgraciadamente convertida en objeto, y también destaca el vino de esa región, el champaigne.
Cartel del Moulin Rouge
Lautrec tuvo un amigo, un médico que conocía sus debilidades fisionómicas, se llamaba David Tapie, al cual retrató en este cartel. El que está en primer plano es su amigo. Vemos detrás a la famosa bailarina (La Goulue) con sus medias negras.
Al fondo coloca una suerte de caligrafía, la silueta de varios personajes; hablamos del constructivismo (el impresionismo queda muy lejos). De aquí al cubismo hay sólo un paso.
Toulouse Lautrec no sólo recoge mucho de lo que representaban esos contemporáneos suyos, sino que lo convierte en algo muy personal.
En los últimos años, Lautrec estaba incapacitado, y es en 1899 cuando le ingresan en un sanatorio mental. Tuvo la oportunidad de poder pintar en sus últimos momentos las escenas circenses, escenas de circo que podríamos considerar pequeñas series.
Escena de circo
Es como si Toulouse hubiera vuelto a la infancia. Incluso nos puede recordar a Degas. Sigue con la trilogía de rojo, negro y blanco. A Picasso le entusiasmó el payaso de la izquierda. En el público no se ven niños, sólo adultos, quizás sea una simbología de que los adultos se vuelven niños en cierto momento de sus vidas. La mujer que está sobre el caballo nos recuerda a esas figuras del Café Cantante.
En 1901 muere Henri Marie y coincide con la llegada de Picasso a París.
Fuentes y enlaces de interés:
ARNOLD, M. (2012). Toulouse-Lautrec.
VV.AA. (2015). Carteles de artistas: de Toulouse-Lautrec a Jeff Koons.
http://www.toulouse-lautrec-foundation.org/
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/toulouse_lautrec.htm